JUSTICIA, PAZ y DEFENSA DE LA CREACIÒN
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Justicia y Paz
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2015: Un año nuevo lleno de
Posibilidades y Esperanzas
“El Señor te bendiga y te guarde, el Señor te muestre su rostro radiante y tenga piedad de ti, el Señor te muestre su rostro y te conceda la paz” (Nm 6,24-26)
En el inicio del nuevo año 2015, dejémonos iluminar por el Señor de la vida y de la historia que guía nuestros pasos dentro de la realidad concreta que nos toca vivir, con fe, alegría y esperanza de ser mejores en nuestros hogares, en los gobiernos locales, regionales y nacional. En la organización y participación ciudadana promoviendo procesos de cambio a nivel personal y estructural, impregnados de los valores del Evangelio: honestidad, transparencia, voluntad y libertad de mejorar la calidad de vida, educación, economía, cultura, partiendo de los valores éticos y solidarios.
El nuevo año centra nuestra atención en las niñas y niños, en los jóvenes y ancianos, en el corazón del hogar que tiene que ser cuna de fe, amor, solidaridad y respeto del uno por el otro, para ir creando en el corazón de la sociedad la búsqueda de organización y participación de la sociedad civil para lograr una cultura de vida y de paz, que detenga la violencia física, verbal, sicológica, comenzando desde el hogar, para no frustrar las aspiraciones de niños y de jóvenes. Y proyectarla al corazón de la sociedad peruana.
Construir la paz que se basa en la justicia y el amor tiene que ser nuestra misión diaria, si pensamos en un proyecto de un país diferente, que significa como hijos e hijas de un mismo Padre Dios, no mirar pasivamente las cosas, sino participar con optimismo que todo puede ser mejor, si pensamos en el bien del hermano, en especial de los más indefensos, con un corazón compasivo y solidario que miremos el bien común de país.
Hay pasos positivos, como educar a los niños en la protección de la reserva ecológica, pero se requiere una nueva toma de conciencia y de responsabilidad de parte de la sociedad civil para mejorar el medioambiente: cuidar de no arrojar la basura, proteger los árboles y jardines. Cuidar el agua. Organizarse y participar a través de las brigadas de protección ciudadana para hacer frente a la violencia. No temer, porque el ama no tiene temor. Vigilar a través de la veeduría ciudadana a todos los dirigentes vecinales, locales o que ocupan un cargo público para que sirvan mejor a los intereses del pueblo. Que los profesionales con visión de futuro aporten alternativas técnicas para proyectar el bien común de todos.
El nuevo año requiere una formación política, inspirada en la Doctrina social de la Iglesia, en los ámbitos educativo, universitario, movimientos eclesiales y ciudadanos para responder a los desafíos del país que necesita crecer y madurar en la elección de sus gobernantes, proteger los derechos de los ciudadanos y éstos a vigilar que se cumplen los proyectos con concursos públicos y transparentes que termine con el clientelismo político o de círculos de poder, que sólo buscan su beneficio personal y de grupo, sin pensar en la gran mayoría de la población.
En el inicio del nuevo año, María Madre de Dios es ejemplo de fe y de acción que “Conservaba y meditaba todo en su corazón”(Lc. 2,19). Contemplar y practicar la Palabra de Dios, nos permitirá meditar a todos los creyentes y no creyentes en un nuevo rol en la construcción de una sociedad y de un país mejor, donde se ame, se respete la vida, se valore la dignidad de todo ser humano.
(Fr. Héctor Herrera, o.p.)