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EDITORIAL DOMINICANA

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"Contemplata aliis tradere"

Del 19/02/2018 al 31/12/2018

DÍA DEL PADRE

 

Papá,  palabra dulce y acogedora que una hija, o, dirige al ser querido. Pensemos en José, modelo de papá, fiel y prudente, custodiaba a su hijo Jesús y a su esposa María.

Si analizamos la vida de Jesús en la realidad de hoy, vemos padres desplazados por la violencia, buscan trabajo para alimentar y educar a sus hijos, frente a la gran indiferencia de un Congreso insensible e indolente con gastos suntuosos, que desdicen la realidad de la pobreza en el Perú, que en lugar de disminuir va en aumento.

Un papá quiere a sus hijos, no iguales a él, sino hijos sabios y libres: los corrige con amor, porque siente un afecto profundo y porque quiere lo mejor para ellos. Los educa con firmeza, para darles seguridad. Es cercano y va creciendo con ellos.

Un papá siempre está presente en la familia. Es cercano a la esposa y sus hijos, comparte sus alegrías, juega con ellos, los alienta en sus tristezas y esperanzas. Un buen papá no es controlador, porque no quiere que sus hijos sean sumisos, sino los anima a crecer en libertad y responsabilidad. Se sienta junto a ellos, analizan una noticia, un periódico, las redes sociales y les enseña a dialogar, a cuestionar para formar buenos ciudadanos.

Un papá es un varón de fe, esperanza, optimismo. Busca en la parábola del Padre misericordioso (Lc 15,11-32) un ejemplo en Dios que espera con ternura la vuelta del hijo que regresa para sanar sus heridas y devolverle su dignidad.  Lo perdona, lo abraza, porque sabe corregir sin humillar.

Cuando ora con sus hijos el Padre nuestro, reconoce el amor, la generosidad del Papá Dios, que nunca abandona a sus hijos, pese a los desaciertos de la vida, está con las manos abiertas para abrir nuevos horizontes de su realización con personas dignas y libres.

En este día del Padre, preguntémonos como hijos: ¿Amas a tus papás? ¿Eres agradecido, los visitas, los atiendes cuando están enfermos, los socorres en sus necesidades? Un hijo, a, agradecido recuerda el testimonio de vida de papá, su fe, trabajo, generosidad. Feliz día del Padre.  

Fr. Héctor Herrera Herrara, O.P.

Director de Radio San Martín

(11/06/2018)

 

A todos los frailes de la Provincia de San Juan Bautista del Perú y a los frailes asignados a Ella

 

Queridos hermanos:

 

Cercana ya la fiesta de nuestra Provincia, quiero dirigirme a todos ustedes para hacerles llegar mi humilde saludo fraterno, deseando que cada uno de ustedes esté pasando de lo mejor en lo humano, en lo espiritual y en lo que nos identifica como frailes dominicos: “unánimes en la vida común, fieles a la profesión de los consejos evangélicos, fervorosos en la celebración de la Liturgia, principalmente en la Eucaristía y en el oficio divino, y en la oración, asiduos en el estudio, perseverantes en la observancia regular” (Const Fund § II).

 

Esta fiesta debe unirnos más como Provincia en la vivencia de nuestra vida dominicana y en llevar adelante nuestra misión en el Perú.

 

Unidos como Provincia:

 

Estamos viviendo un ambiente particular a raíz de que nuestro país está presente en el mundial de Rusia 2018. Para alcanzar esta meta, muchos peruanos se unieron para abrazarse a una misma ilusión: la clasificación. Ahora que ya se está desarrollando el mundial, este fenómeno es tan fuerte que está llevando a muchas personas a parar sus labores para poder ver al Perú jugando. Por supuesto, es un signo de nuestro tiempo, signo que ha unido a una mayoría de peruanos que ama el deporte. Ver a los peruanos cantando el himno nacional se ha vuelto contagioso que hasta los televidentes se unen para mostrar su amor por los colores patrios.

 

Hacer mención a este momento me sirve para invitarles a sacar cosas positivas de esto: cuando nos unimos y usamos todas las fuerzas en búsqueda de una meta se puede alcanzar. El futbol lo ha logrado. Ha unido a muchos aficionados del deporte, dejando a un lado las diferencias de camisetas, de credos, de partidos políticos, de cultura, etc. Por el deporte hemos podido ver a miles de peruanos que viven en distintas partes del mundo.

 

¿Qué une a los dominicos en la vivencia de nuestra vocación cristiana y religiosa?

 

Nos une, en primer lugar, nuestro Bautismo por el cual, hechos hijos de Dios, todos somos hermanos por tener un solo Padre. El Bautismo nos une a Dios y a la Iglesia. En segundo lugar, nos une la profesión religiosa, por la cual todos somos frailes de una misma Orden. Nadie es fraile para vivir aislado de la Orden (aislado de un convento o casa, salvo excepciones).

 

El Bautismo y nuestra profesión religiosa nos llevan a enriquecer nuestra comunión con Dios y con la Iglesia (y la Orden) viviendo signos visibles: Liturgia y oración, vida comunitaria, misión compartida, etc. Estos elementos, como nos dice la Constitución fundamental (§ II), nos lleva a conseguir nuestra propia salvación y la de todos los hombres.

 

En nuestras actas (que en estos días serán distribuidas a las comunidades) encontraremos recomendaciones, exhortaciones, ordenaciones, etc., para llevar adelante la misión de la Provincia que, desde el año pasado, asume formalmente la misión en la Amazonía, con ayuda de hermanos hijos de la Provincia de Hispania, ejemplo misión compartida. Esta misión nos lleva a ser conscientes, como frailes, de que nadie es independiente en cuanto a su ministerio: por la profesión religiosa quedamos unidos a la misión de la Orden y de nuestra Provincia, sea donde sea que nos toque estar presentes. Nos lleva, también, a ser solidarios ya sea entre comunidades como entre frailes: Hay comunidades que no cuentan con los medios que los tienen las otras (rentas, museos, etc.); estas comunidades que poseen dichas comodidades no se sientan con el derecho de hacer uso de dichos bienes sin una debida planificación de gastos para el mes y el año, con acuerdo de todos los integrantes de la comunidad; ningún prior o superior debe actuar en este campo a espaldas de la comunidad. De esta manera se podría manejar mejor para solidarizarse, por medio de la curia provincial, con las necesidades de las otras comunidades. Caso contrario, abrimos puertas al “virus” del consumismo irracional tanto de la comunidad como de frailes en particular, cuyos gastos no se podría hacer si se tuviera que hacerlo solo con lo que se perciba como fruto de su trabajo.

 

Nuestra misión en el Perú:

 

 San Lucas pone en labios de Zacarías, tal como leemos en el texto bíblico con el que inicio este escrito, estas palabras, referidas al niño Juan, el Bautista, el profeta que ha sido elegido como patrono de nuestra Provincia: “… Serás llamado Profeta del Altísimo porque irás delante del Señor para:

  1. Preparar sus caminos,

  2. Dar al pueblo la ciencia de la Salvación,

  3. Iluminar a los que yacen en tinieblas y en sombras de muerte por el camino de la paz”.

 

Históricamente, nuestra Provincia se ha caracterizado por ser una familia profética. Los dominicos, al igual que los profetas, son amigos de Dios y comunican al pueblo de lo que han escuchado de parte de Dios. Ellos transmiten el mensaje de Dios (no su propio mensaje). Comunican lo que Dios quiere que comuniquen.

 

Esa comunicación profética, algunas veces, es para hacer saber al pueblo que Dios detesta: las injusticias en contra de los más débiles, la religión sin compromiso social, las palabras de los falsos profetas que llevan al pueblo a falsas esperanzas, la hipocresía de los que enseñan la ley pero que ellos mismos la incumplen, la ambición de los malos pastores que solo buscan a las ovejas por su lana y no para darle el alimento, etc. Pero, también, esta comunicación profética es para dar a saber al pueblo que Dios es un Padre de misericordia, que perdona y olvida las faltas cuando hay arrepentimiento, que escucha, como una madre, a sus hijos, que está siempre atento a las necesidades de su pueblo, etc.

 

En otras palabras, el profeta anuncia la Palabra de Dios desde su amistad con él, y denuncia todo tipo injusticias. Eso mismo quiso ser nuestra Provincia a lo largo de su historia, para cuya finalidad ha querido que su patrono sea San Juan Bautista.

 

Este año, con la visita del Papa, esperábamos que el Estado iba a tener reacciones positivas a favor de los habitantes en la Amazonía. Sin embargo, según dan testimonios quienes trabajan en esa zona, se han dado leyes desfavorables para ellos, al tal punto que los han convertido en más débiles ante las amenazas de los poderosos. A nivel de país, todos sabemos del “virus de la corrupción” (en palabras del Papa dirigidas a las autoridades en el palacio de gobierno, en Perú) que envenena al país, virus que pueden contagiar a otras instituciones, incluso religiosas.

 

La vocación de Juan Bautista, según el canto de Zacarías, es ser profeta de Dios para ir delante del Señor a preparar sus caminos, dar ciencia de salvación, iluminar a los que viven en sombras de muerte, etc. Esa es nuestra misión.

 

¿Dónde está este niño pequeño que ha sido constituido profeta del Altísimo hoy para ir delante del Señor y realizar la misión encargada por Dios?

 

Tenemos la ilusión de que está levantando su voz en todo el territorio de nuestra Provincia: en los centros y casas de Misión amazónica, en las parroquias, casas y conventos, en las radios, colegios, museos, obras sociales, templos, casas de retiros, capellanías, en la promoción vocacional, en la formación inicial y permanente, en el cuidado de nuestros mayores, cátedras, catequesis, en el acompañamiento de nuestras fraternidades y comunidades eclesiásticas en cada comunidad, etc. Todos estos lugares cuentan con sus profetas, nuestros frailes, que preparan caminos para ver al Señor en medio de su pueblo, transmitiéndoles los medios que llevan a la salvación, iluminando a aquellas personas que aún andan en las tinieblas del error y de la muerte y encaminándolos por el camino de la paz, fruto del respeto a sus derechos.

 

En nombre de Jesús de Nazaret, nuestra Señora del Rosario y nuestro fundador, les saludo: ¡Feliz día de la Provincia San Juan Bautista del Perú! Esforcémonos en mantenernos unidos como Provincia y fuertes en la misión. Que el niño pequeño, profeta del Altísimo, esté representado en cada uno de nosotros, como amigo de Dios y como predicador.

Fr. Rómulo Vásquez Gavidia, O.P.

Prior Provincial

(24/06/2018)

 

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